lunes, 10 de octubre de 2011

Un libreto para el fracaso: codependencia

Una nueva definición de  codependencia indica que esta es un ciclo de patrones de conducta y pensamientos disfuncionales, que producen dolor y que se repiten de manera compulsiva, como respuesta a una relación enferma y alienante, con un adicto activo a una situación de toxicidad relacional. Es una preocupación y dependencia exagerada a una persona u objeto. La conducta codependiente se caracteriza por un estado emocional de vinculación compulsiva a una persona determinada la cual tiene su origen en distintas creencias, entre las que predomina la idea de que sin esa persona no se puede ser feliz. Una persona codependiente es aquella que ha permitido que la conducta de otra persona le afecte y que está obsesionada en controlar la conducta de esa persona. La otra persona puede ser hijo/a, cónyuge (Alvarado, 2007).

La codependencia se identifica con el fracaso en el proceso de desarrollo de una relación segura y las tareas de desarrollo asociadas. Es un esquema de vida disfuncional que emerge en la familia produciendo un estancamiento en el desarrollo y siendo su resultado una alta respuesta del codependiente a lo externo a él y baja sensibilidad a lo interno a él. Como características principales de la codependencia se destacan: la inhabilidad de distinguir los sentimientos y pensamientos propios de los de otros, búsqueda de aprobación y atención de otros, sentimientos de culpa o ansiedad cuando los otros tienen problemas, complacer a otros aunque no se desee y no reconocer los deseos y necesidades propias. El codependiente delega la responsabilidad de su cuidado, deseos y necesidades a otros, enfoca su energía en la felicidad de otros, idealiza a otros y se decepciona cuando estos no cumplen con sus expectativas, tiene temor a ser rechazado, permite que otros le hieran, tiene dificultad para tomar decisiones y vive como víctima de las circunstancias (Weinhold & Weinhold, 2008).

La codependencia es un problema cultural y evolutivo que está latente en la sociedad y en el entorno familiar. Deteriora a la persona física, mental, psicológica y espiritualmente. La mayoría de las personas han sufrido de síntomas de codependencia pero muy pocos reconocen el impacto que tiene en sus vidas. La gravedad del problema radica en los repetidos intentos de rescate que permiten que el individuo continúe en un curso destructivo y se convierta aún más dependiente de su patrón de cuidado no saludable. En este contexto, es esencial un tratamiento enfocado en reconstruir la identidad dañada del codependiente a través del fomento de la autoestima, del reconocimiento de sus sentimientos, de potenciar sus habilidades interpersonales, de favorecer su auto-concepto positivo y su asertividad. El objetivo es convertir al individuo en sí mismo con actitudes, opciones y comportamientos libres.

Existen instrumentos de evaluación y terapias que pueden ayudar a detectar y tratar la codependencia. Consulte a su consejero de salud mental o psicólogo.

Hasta la próxima,
Jessica Arroyo Ortiz, MHC.

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