martes, 15 de mayo de 2012

Psicofarmacoterapia para niños y adolescentes


El manejo de la psicofarmacoterapia para niños y adolescentes con trastornos psiquiátricos es un reto. El profesional de la salud mental tiene un rol esencial en la identificación de riesgo en niños y adolescentes. Esta población es particularmente vulnerable a trastornos mentales incluyendo: infantes prematuros, niños sin hogar, niños con el síndrome de inmunodeficiencia, víctimas de violación o abuso sexual y niños con padres o parientes con historial de trastornos mentales. La vigilancia en prevención primaria, el diagnóstico, la intervención y el seguimiento consistente enaltece el éxito del tratamiento de salud mental y el compromiso de los niños y adolescentes en tratamiento psicofarmacológico (Rankin, 2000).

Los agentes psicofarmacológicos son utilizados en niños o adolescentes con trastornos mentales específicos tales como: déficit de atención, depresión, trastornos alimenticios, retardo mental, trastornos del desarrollo, trastornos de aprendizaje y comunicación, trastornos de conducta y trastornos de eliminación. Como primer paso del tratamiento, es importante una evaluación cuidadosa y monitoreo constante de los efectos de los psicofármacos. Es imperativo obtener una detallada evaluación médica, mental y funcional antes de comenzar la administración del agente psicofarmacológico. El cliente (paciente) debe ser educado respecto a la función del medicamento, su acción neurológica, efectos secundarios, interacción del medicamento y efectos adversos. El continuo refuerzo y explicación del régimen del tratamiento es vital para una intervención efectiva.

Un tratamiento multifocal que incluya terapia individual, terapia familiar, psicofarmacología, psicoeducación y grupos de apoyo aumentan el éxito del tratamiento cuando es combinado apropiadamente. Los niños, adolescentes y sus familias deben ser evaluados cuidadosamente para el uso apropiado de la psicofarmacoterapia. El profesional de la salud mental debe asegurarse de que el cliente y su familia entiendan el régimen del tratamiento. Su  rol primario es uno psicoeducativo comprometido con el bienestar y desarrollo del cliente. La esencia de la intervención es ofrecer al cliente un ambiente de calma, apoyo, respeto, seguridad, consistencia y estructura.

Para tratamiento psicofarmacológico oriéntese con su psiquiatra.Valide sus derechos como paciente, infórmese adecuadamente y comprométase con el tratamiento. 

Hasta la próxima,
Jessica Arroyo Ortiz, MHC.
#Lic. 0260



jueves, 26 de enero de 2012

Hora de jugar: intervención temprana para niños con autismo

Un rasgo sobresaliente del desarrollo de los niños con autismo es la ausencia virtual de juego simbólico, lo que quiere decir  que no llevan a cabo los juegos típicos y siguen rutinas repetitivas. La pobreza del juego simbólico significa que el niño no sólo pierde oportunidades de interacción social, sino también el valioso aprendizaje que le acompaña. En este contexto, es clave utilizar métodos, técnicas, actividades y juegos educativos con el propósito de desarrollar el potencial del niño(a) y producir cambios positivos en las habilidades y la conducta.

Intervenciones relacionadas con la música son actividades agradables para el niño(a) y juegan un papel importante en el aprendizaje. Cantar, tocar instrumentos o simplemente escuchar canciones produce la apertura de canales de comunicación y la ruptura de núcleos defensivos. Los padres y maestros pueden enseñar a los niños ciertos patrones de comportamiento mediante la asociación con ciertos tipos de música. La música representa el reconectar al niño(a) con su entorno y se puede decir que relaja, alegra, despierta la espontaneidad, fortalece y contribuye a estímulos visuales, táctiles y auditivos.

Otra intervención estratégica es la utilización del agua combinada con la musicoterapia. El uso del agua le da posibilidades al niño(a) de una respuesta no verbal y no oral a través del juego. Permite utilizar técnicas de movimiento y juego, salpicando, haciendo ritmo y por otra parte tomando contacto piel con piel, mediante la caricia a través del agua. La intervención relacionada con la música puede tejer lazos que ayuden a descubrir el espacio, a sobrepasar fronteras y a exteriorizar la emoción. Es el trampolín que impulsa y llama a reunirse con el otro. La meta es, mediante la selección apropiada de actividades extracurriculares, asistir al niño(a) a manejar efectivamente las dificultades en el área social, académica, de conducta y destrezas motoras.

Hasta la próxima,
Jessica Arroyo Ortiz, CPL