Los acuerdos no hablados, dentro del entorno de la pareja, suelen ser lo más difícil de renegociar, por la sencilla razón de que no fueron determinados en el transcurso de la relación, entiéndase “quedamos en esto”. Incluso, la mayoría de las parejas no hablan de aquellas cosas que les incomoda al comienzo de la relación y suelen dejarlas pasar. Como por ejemplo: en el caso de una mujer que quiera compartir con su pareja en el fin de semana y esta se va de jangueo todos los viernes con sus amigos. Este tipo de conducta puede presentarse desde el comienzo de la relación y es posible que la parte de la pareja que se sentía incómoda no lo hablara o planteara un acuerdo.
Entonces, usted procede a analizar la situación y quiere retirar el acuerdo no hablado (esto significa resolver situaciones que aceptamos en algún momento y ahora nos incomodan). Para resolver la situación y poner el asunto sobre la mesa, aquí unos pasos a seguir: Primero paso, aceptar el error que cometió de no haber hablado el asunto a tiempo. Segundo paso, comenzar la renegociación. Hay que tener presente el planteamiento que se quiera discutir y la intención de cambiar un acuerdo que nunca se ha hablado. Tercer paso, considerar que la propuesta que quiere llevar a cabo con su pareja esté fundamentada en una negociación donde ambas partes se beneficien, de no ser así, se puede afectar la estabilidad de la pareja.
Posiblemente se ha preguntado: ¿Cuál sería el momento apropiado para hablar del asunto? El momento más apropiado para renegociar, es cuando la otra parte esté dispuesta y sobre todo esté de buenas. Un error común que cometen muchas parejas es que esperan que ocurra una situación tensa para hablar del asunto y lo que obtienen es un tsunami de emociones y expresiones como: “pero nunca me dijiste nada hasta este momento” o la clásica “por qué ahora”.
Si todavía tiene duda de cómo hacerlo, aquí le brindo otras recomendaciones a la hora de hablar el asunto o el acuerdo no hablado. Cuando comience la conversación haga un lado el enojo, resalte las cualidades positivas de su pareja y la relación ante todo, diciendo por ejemplo: quiero hablarte de un asunto porque te amo y nuestra relación es importante para mí. Sobre todo sea específica(o) en cuanto al asunto a la hora de hablar, puede usar expresiones como: “cuando tú haces esto, yo me siento así” o “no me siento cómoda(o) con esta situación.” Por último, puede concluir con un comentario constructivo sobre la persona y la relación utilizando una expresión como “dialogando podemos resolver nuestras situaciones”.
Como consejera de matrimonio y familia, entiendo que la capacidad que puedan tener las parejas para comunicarse y resolver sus situaciones dependerá, más que nada, del comportamiento reflexivo que cada miembro tenga sobre su pareja y de sus experiencias. Por lo tanto, les recomiendo escoger el momento apropiado y tendrán un paso a su favor que permitirá que su pareja le escuche y lleguen a un acuerdo que funcione para ambas partes.
Bernice M. Reyes Rivera, MMFC
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